España, potencia administradora del Sáhara Occidental
La ruptura del alto al fuego en el Sáhara Occidental es una realidad desde hace unas días.
El conflicto entre el Pueblo Saharaui y Marruecos, vive un momento de tensión muy peligroso, tras una renovación in extremis del mandato de la MINURSO –Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental- con una resolución en la que ni siquiera aparece la palabra “referéndum”.
El detonante ha sido el paso fronterizo de Guerguerat, pero la bomba se lleva fabricando desde hace 45 años. El Sahara Occidental, colonia española, fue abandonada por nuestro país sin terminar el correspondiente proceso de descolonización, tal como habían hecho el resto de estados europeos en África.
La Marcha Verde de Marruecos hacia la zona aceleró el retiro y el proceso no se culminó. El conflicto de soberanías era patente porque también Mauritania reclamaba el territorio.
Evidentemente, tener cientos de kilómetros de costa con su correspondiente explotación pesquera, recursos naturales rentables, como el fosfato, y una posición geoestratégica importante, entre otras consideraciones, justificaban las pretensiones de dominación.
La Corte Internacional de Justicia1resolvió la cuestión: debía realizarse un referéndum de autodeterminación por parte de la población saharaui a semejanza del resto de colonias africanas1.
Lamentablemente esto no sucedió, como todos sabemos, y empezó una guerra de la que se descolgó Mauritania y que duraría 15 años. Entre los episodios más cruentos se encuentra el bombardeo de la población civil saharaui con bombas de napalm y fósforo blanco, considerados como crímenes de guerra, vulnerando claramente el derecho internacional humanitario.
Tener cientos de kilómetros de costa con su correspondiente explotación pesquera, recursos naturales rentables, como el fosfato, y una posición geoestratégica importante justificaban las pretensiones de dominación
La paz llegó en 1991, bajo los auspicios de la ONU y tras la firma de un plan que prometía la elaboración de un censo electoral y la consiguiente votación2.
Tres décadas han transcurrido desde entonces mientras una gran parte de la población saharaui vive en suelo argelino, agrupados en campamentos de refugiados en uno de los desiertos más inhóspitos del mundo y otra en los territorios ocupados, soportando la violación de derechos fundamentales, tal como reconocen numerosas organizaciones internacionales de derechos humanos.
¿Por qué nunca se ha celebrado ese referéndum si el censo ya está elaborado? Francia tiene mucho que ver, si dejamos al margen la fuerte posición que tiene Marruecos respecto a la Unión Europea en todo lo concerniente a inmigración ilegal, terrorismo y relaciones comerciales, así como con Estados Unidos.
Una gran parte de la población saharaui vive en suelo argelino, agrupados en campamentos de refugiados en uno de los desiertos más inhóspitos del mundo y otra en los territorios ocupados, soportando la violación de derechos fundamentales
El país africano fue protectorado francés3 durante la primera mitad del siglo XX y mantienen vínculos estrechos. Poderosas razones que conducen al país galo a vetar sistemáticamente la posibilidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU, organismo encargado de tomar decisiones en este asunto, continúe avanzando en la resolución del conflicto.
Por eso, una y otra vez, rechaza la aplicación del Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que permitiría adoptar medidas coercitivas contra quién incumple, y apuesta por el Capítulo VI, que implica el arreglo pacífico. Es difícil de explicar esta posición, cuando han transcurrido tres décadas sin que haya habido el más mínimo acercamiento entre las dos posturas.
En este bucle, el papel de España es fundamental. A la luz del derecho internacional, seguimos siendo la potencia administradora del Sahara Occidental, es decir, responsables directos de cuanto allí ocurre.
Los acuerdos4 que se firmaron con Marruecos y Mauritania cediendo su administración son ilegales y así se reconoce en varias resoluciones de la ONU que califican la situación de ocupación5.
En este bucle, el papel de España es fundamental. A la luz del derecho internacional, seguimos siendo la potencia administradora del Sahara Occidental, es decir, responsables directos de cuanto allí ocurre
De hecho, ni un solo estado en el mundo reconoce a Marruecos la anexión de este territorio. Por tanto, hemos incumplido nuestras obligaciones de forma flagrante, dejando a todas las personas que en su día fueron considerados españolas de pleno derecho, en un limbo sin posibilidad de solución.
El pasado ya no puede cambiarse, pero ahora es imprescindible actuar ante una posible guerra que puede cobrarse muchas vidas en ambas partes, a pesar de las diferencias entre un ejército y otro. A los incuestionables motivos morales, se suman los jurídicos que deben aplicarse con rigor.
En consecuencia, exigimos la asunción de responsabilidades y la intervención de nuestro gobierno para mediar y encontrar una solución definitiva a este conflicto histórico del que somos responsables.
Fdo: Andrés M. Marín García / Candelaria Carrera Asturiano
- Dictamen de 16 de octubre de 1975 de la Corte Internacional de Justicia (Tribunal de la Haya) a la consulta de la Asamblea de la ONU sobre el Sahara Occidental.
- Resolucion 690/1991 ONU aprobación del desarrollo del plan de arreglo y establecimiento de la MIsion de Naciones Unidas para el Referendum del Sahara Occidental
- Marruecos logró la independencia de política de Francia el 2 de Mro de 1956; y el día 7 de abril de 1956 Francia Abandonó su protectorado en Marruecos.
- Acuerdos Tripartitos de Madrid, firmados en el Palacio de la Zarzuela el 14 de Noviembre de 1975.
- Resoluciones 1514; 3292; 3458 ONU entre otras. Resoluciones 377, 379, 380 Consejo de Seguridad.
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