TODAS SANGRANDO. Así rezaba la pancarta que levantaba una chica con la cara y las manos pintadas de sangre. Gritaba de indignación y rabia. Ella y muchas otras mujeres han salido a la calle durante estos días a mostrar su repulsa y a la vez su apoyo, a una niña de 16 años que ha sido narcotizada, secuestrada y violada por un grupo de hombres.
Esto sucedía en Brasil, país que no tiene ni una sola mujer en su actual gobierno y que acogerá los próximos Juegos Olímpicos. Aunque este “detalle” no importe al resto de países y no enturbie lo más mínimo sus relaciones diplomáticas; en definitiva, es otro más que sumar a la lista.
En el fondo de todo esto subyace que las políticas de igualdad que se promueven desde los distintos estados tienen un límite real mucho más estricto que el normativo: la bandera se iza hasta donde no cause problemas ni genere conflictos. En otras palabras, hasta que convenga.
En el fondo, las políticas de igualdad que se promueven desde los distintos estados tienen un límite real mucho más estricto que el normativo: la bandera se iza hasta donde no cause problemas ni genere conflictos. En otras palabras, hasta que convenga
No obstante, lo verdaderamente trágico es que este hecho podía haber sucedido en muchísimos otros lugares y las reacciones hubieran sido idénticas o incluso peores. Y no me refiero a las manifestaciones de solidaridad, sino todo lo contrario.
Este asunto ha tocado techo cuando los agresores han colgado en la red los vídeos que grabaron. ¿Existe mayor nivel de crueldad? Pues desgraciadamente, sí. El de las miles de personas que justifican, critican y vilipendian a la víctima y que han activado el play.
A pesar de todo, hay una consecuencia positiva. Aunque de forma perversa, ha sido precisamente ese exhibicionismo enfermizo el que ha provocado que todas las miradas se centren en este caso y el que puede ayudar a que se celebre un juicio justo. Según afirma la abogada de la víctima, no lo están teniendo fácil. El trato que ha recibido esta niña ha sido denigrante. La policía, rozando el esperpento, le preguntó durante su declaración si solía practicar sexo en grupo y para terminar de evidenciar su falta de rigor y mala fe, hizo entrar en la sala a tres de los violadores. Fueron 33 en total. Según algunos medios, además, el comisario ha manifestado públicamente que están investigando si ella dio su consentimiento y si los hechos realmente sucedieron. Increíble. Pero imagínense con este panorama cuántos crímenes de semejantes características no quedarán impunes.
La lucha de miles de mujeres en todos los ámbitos sociales, incluyendo el económico, han propiciado que se dicten leyes importantísimas y que nuestra voz abra nuevos caminos todos los días
A lo largo de mi vida profesional he tenido la oportunidad de participar en foros y promover acciones en defensa de los derechos de las mujeres. No crean que no resulta paradójico reivindicar lo que ya le pertenece a una como ser humano y comprobar año tras año que las peticiones siguen siendo las mismas. Pero mentiría si dijera que nada ha cambiado en las últimas décadas. La lucha de miles de mujeres en todos los ámbitos sociales, incluyendo el económico, han propiciado que se dicten leyes importantísimas y que nuestra voz abra nuevos caminos todos los días.
Pero el que las europeas seamos privilegiadas en muchos sentidos no significa que debamos bajar la guardia. Basta con mirar a nuestro alrededor para comprobar cómo sigue funcionando el lucrativo mercado de la explotación sexual, cómo muchas adolescentes normalizan situaciones de machismo y control en sus relaciones de pareja, cómo sigue siendo mínima nuestra representación en puestos de responsabilidad, y cómo la brecha salarial sigue siendo una vergüenza.
Nos menosprecian, insultan y matan todos los días de múltiples formas. Por eso, hay que seguir tejiendo redes y utilizarlas no sólo para colgar las fotos de las vacaciones o la publicidad de nuestras empresas. Reaccionar desde el mismo medio ante estas injusticias ayuda a neutralizar a quiénes con total desprecio hacia la vida y la dignidad de las personas, atacan sin pudor a mujeres indefensas por el hecho de serlo. Utilicemos herramientas online y offline para activarnos, para posicionarnos y para darnos fuerza. También hay que participar en el cambio desde nuestro pequeño espacio en el mundo.
Candelaria Carrera
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